Cuando NARCO decidieron parar en 2004, su regreso tenía que venir renovado de muchas cosas. No sólo de algunos cambios a nivel interno, sino también de darle una vuelta a su propuesta sonora, siempre vanguardista en el territorio del rap-metal y el circuito del rock transgresivo estatal.
Así fue a partir de 2008, cuando regresaron, y especialmente a partir de 2010, cuando comenzaron a publicar nuevos álbumes. Pero quizás uno de los más simbólicos y que mejor han conseguido definir el sonido de esa segunda etapa fue "Espichufrenia", un álbum en el que el combo sevillano alcanzó la madurez sonora, ampliando su registro y convirtiéndolo en un disco de culto para el circuito estatal.
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